- Termoplásticos. Se ablandan al calentarlos y así se les puede moldear, tantas veces como se desee. Un ejemplo es el polietileno. Con algunos termoplásticos se pueden fabricar fibras sintéticas, haciendo pasar el plástico fundido a través de orificios muy finos. La lycra o el nailon son fibras sintéticas.
- Termoestables. Una vez endurecidos, no se ablandan por calentamiento ni pueden ser ya moldeados. Por ejemplo, la baquelita o el poliuretano.
¿Por qué son tan interesantes?
Los plásticos se han hecho prácticamente imprescindibles en la sociedad moderna, debido, sobre todo, a las siguientes propiedades y características:
- Seguridad e higiene. No producen cortes como el vidrio o productos nocivos como, por ejemplo, los metales al oxidarse.
- Resistencia, ligereza y durabilidad. Aguantan muy bien los impactos, no se corroen por oxidación como los metales y son mucho menos pesados.
- Economía. En general, el plástico es mucho más barato que los materiales a los que sustituye, tanto en la fabricación a partir de la materia prima como del producto acabado.
- Adaptabilidad. Con pequeñas modificaciones, conseguidas al utilizar ciertas sustancias que se añaden a la composición básica, los llamados aditivos, el mismo material sirve para diferentes aplicaciones.
- Reciclables y reutilizables. Siempre y cuando los consumidores tomemos conciencia de ello y separemos la basura en origen, facilitando su recogida selectiva.
Reciclaje de plásticos
Los plásticos presentan un serio inconveniente: su eliminación. Los plásticos, en general, son sustancias muy estables que no se degradan; es decir, no son atacadas por bacterias que las descompongan. El poliestireno, por ejemplo, es una basura permanente. Dentro de doscientos años, en unas excavaciones, podría aparecer un pedazo del vaso que hemos usado hoy.
No obstante, los residuos de plásticos se pueden tratar de diferentes maneras, y conseguir reciclarlos para volver a utilizarlos.
El reciclaje de plásticos comienza con la recogida selectiva de los plásticos, que se separan y se clasifican. Luego se trituran, homogeneizan y, por último, se funden, obteniéndose de nuevo el polímero reciclado, listo para ser usado y fabricar nuevos objetos. Lógicamente, los termoplásticos son los plásticos que se pueden reciclar más facilmente.
En la actualidad se fabrican plásticos fotodegradables incorporando a la cadena de monómeros compuestos sensibles a la luz solar, pero no a la luz artificial (por ejemplo, en polímeros comunes, como el polietileno o el poliestireno).
Los plásticos compostables se elaboran con monómeros que se degradan en menos de seis semanas, porque son atacados por bacterias y hongos.
Como norma, con cualquier material que usemos conviene practicar las tres ``r´´: Reducir su consumo, Reutilizarlo tantas veces como resista y Reciclarlo cuando ya no sea útil.
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